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Trastornos alimentarios y adicciones: Una realidad frecuente y compleja

La coexistencia de trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y trastornos por uso de sustancias (TUS) es una realidad frecuente que complica significativamente el tratamiento y el pronóstico de ambas condiciones. La adicción al alcohol y a las drogas no solo presenta desafíos individuales, sino que también está asociados con un aumento en la prevalencia de TCA, especialmente en mujeres. La impulsividad y la adicción a la restricción alimentaria son factores clave que modulan esta relación, como se ha demostrado en diversos estudios.

Prevalencia de TCA en pacientes con TUS

La prevalencia de TCA en pacientes con TUS es alarmantemente alta. Estudios indican que cerca del 50% de las personas con trastornos alimentarios también abusan de drogas y alcohol, en comparación con el 9% de la población general. En los pacientes con TUS, alrededor del 35% presentan comorbilidad con TCA, frente al 1-3% de la población general. Las mujeres son particularmente vulnerables, presentando mayores niveles de impulsividad y una mayor tendencia hacia la adicción a la restricción alimentaria.

Un estudio realizado por Bisetto Pons, Botella Guijarro y Sancho Muñoz (2012) encontró una relación significativa entre los adolescentes que consumían drogas y el riesgo a sufrir TCA, especialmente con el consumo de psicoestimulantes y tabaco. Asimismo, en un estudio llevado a cabo en hospitales españoles, se demostró que los pacientes adultos con TCA consumen una media de tres sustancias adictivas, siendo las más frecuentes la cafeína (86%), el alcohol (72%) y el tabaco (51%) (SEPD, 2014).

Principales Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)

  1. Anorexia Nerviosa (AN): Caracterizada por una restricción severa de la ingesta de alimentos, un miedo intenso a ganar peso y una percepción distorsionada del propio cuerpo. Las personas con AN suelen tener un peso significativamente bajo y pueden experimentar complicaciones médicas graves.
  2. Bulimia Nerviosa (BN): Implica episodios recurrentes de atracones seguidos de comportamientos compensatorios inapropiados como el vómito autoinducido, el uso excesivo de laxantes o el ejercicio excesivo. A diferencia de la AN, las personas con BN pueden mantener un peso normal o estar ligeramente por encima de su peso normal.
  3. Trastorno por Atracón (TA): Se caracteriza por episodios recurrentes de ingesta excesiva de alimentos en un corto período de tiempo, acompañado de una sensación de pérdida de control. A diferencia de la BN, el trastorno por atracón no incluye comportamientos compensatorios como el vómito.
  4. Trastorno de la Conducta Alimentaria No Especificado (TCANE): Incluye trastornos alimentarios que no cumplen todos los criterios de AN, BN o TA pero que aún representan una preocupación significativa en términos de comportamiento alimentario y percepción corporal.

Factores de predisposición

Factores Biológicos: Ambos trastornos comparten alteraciones en la neurotransmisión dopaminérgica, serotoninérgica y del sistema opiáceo endógeno. Estas alteraciones afectan el sistema de recompensa del cerebro, que es crucial en el desarrollo de comportamientos adictivos, ya sean hacia la comida o hacia las sustancias. Los estudios de neuroimagen han demostrado que tanto la comida palatable como las drogas activan áreas cerebrales similares, lo que sugiere que los refuerzos naturales pueden producir cambios comparables a los de las drogas de abuso.

Factores Genéticos: Hay evidencia de que factores genéticos comunes pueden predisponer a una persona a desarrollar tanto TCA como TUS. Estos factores genéticos pueden influir en la función de neurotransmisores clave, aumentando la vulnerabilidad a ambos trastornos.

Factores de Personalidad: La impulsividad es un rasgo de personalidad que se asocia significativamente con ambos trastornos. La impulsividad puede llevar a comportamientos compulsivos, como el abuso de sustancias y los atracones de comida. Los pacientes con bulimia y aquellos que abusan del alcohol tienden a puntuar más alto en impulsividad que los controles.

Factores Ambientales: Las experiencias traumáticas y el estrés crónico son factores ambientales que pueden contribuir al desarrollo de TCA y TUS. El uso de sustancias y los comportamientos alimentarios desordenados pueden ser mecanismos de afrontamiento para manejar el estrés y las emociones negativas.

Regulación Emocional: Tanto los TCA como los TUS a menudo se desarrollan como formas de manejar emociones negativas y situaciones estresantes. Las personas pueden recurrir a las drogas o a comportamientos alimentarios disfuncionales como una forma de escapar o de obtener alivio temporal de su malestar emocional.

Abordaje terapéutico

El tratamiento de pacientes con TCA y TUS requiere un enfoque multidisciplinario e integrado. Es fundamental incluir el cribado de TCA en la evaluación inicial de pacientes para diseñar un plan de tratamiento que aborde ambas patologías. La intervención temprana durante la adolescencia, una etapa crítica para el desarrollo de estos trastornos, puede mejorar significativamente los resultados del tratamiento.

Las estrategias terapéuticas deben considerar las diferencias de género, dado que las mujeres presentan una mayor prevalencia de TCA y niveles más altos de impulsividad. La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de TCA y puede ser adaptada para abordar también el TUS. Además, la regulación emocional y el manejo del estrés son componentes cruciales en el tratamiento, ya que tanto la comida como las sustancias pueden ser utilizadas como mecanismos de afrontamiento para el malestar emocional.

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